Nuevo informe internacional revela que el verdadero riesgo para Colombia es continuar con su dependencia económica de los combustibles fósiles
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La transición a escala global reducirá la demanda y los precios mundiales del petróleo, el gas, el carbón y el coque metalúrgico, que en conjunto representaron el 55% de las exportaciones colombianas en 2019.
La desestabilización de la industria fósil llevaría a una importante pérdida de empleos e impactaría de lleno en las poblaciones más vulnerables.
Colombia debe aumentar la inversión en tecnologías con bajas emisiones para evitar impactos macroeconómicos y financieros; diversificar la economía y en particular las exportaciones; y acelerar su descarbonización para mitigar el riesgo externo.
3 de agosto 2023 - Contrariamente al discurso público predominante en Colombia, el verdadero peligro no reside en las políticas energéticas de eliminación progresiva de la producción y consumo de combustibles fósiles propuestas por el gobierno de Gustavo Petro, sino en la expansión de la producción de petróleo, gas y carbón, según un nuevo informe del Centro Regional de Finanzas Sostenibles de la Universidad de los Andes y Willis Towers Watson (WTW) - una de las principales empresas multinacionales en el campo de seguros y riesgos financieros.
Encargado por el Gobierno anterior, concluido en octubre de 2022 y publicado hoy, Understanding the impact of a low carbon transition on Colombia (Entender el impacto de una transición baja en carbono en Colombia) evalúa los riesgos y oportunidades de la transición energética de Colombia, con el fin de reducir el riesgo asociado a la estrategia de descarbonización del país. Los datos y recomendaciones se dirigen tanto a los responsables políticos colombianos como a la industria fósil.
Luisa Umaña, investigadora de Censat Agua Viva, miembro del Consejo Permanente para la Transición Energética Justa, dijo: “Este informe rebate los argumentos gremiales que aterrorizan diciendo que alejarse de los combustibles fósiles perjudicará el futuro crecimiento económico del país. Por el contrario, subraya que continuar por el camino de la dependencia impide el desarrollo y aumenta el costo de implementar nuevas alternativas. Si Colombia gestiona los riesgos y costos asociados a los combustibles fósiles y busca oportunidades de diversificación, el país podría asegurarse la estabilidad económica. El informe también insiste en la necesidad de colaboración entre todos los sectores de la sociedad, precisamente lo que intentamos lograr desde el Consejo Permanente para la Transición Justa,: aportar la experticia de la sociedad civil al reto de la transición en Colombia".
La investigación advierte que la transición a escala global reducirá la demanda y los precios mundiales del petróleo, el gas, el carbón y el coque metalúrgico, sectores que en conjunto constituyeron nada menos que el 55% de las exportaciones colombianas en 2019. Además, plantea que es poco probable que las exportaciones de carbón colombiano sean competitivas a largo plazo en los mercados asiáticos, por distancia y costes de transporte. La desestabilización de la industria fósil también llevaría a una importante pérdida de empleos e impactaría de lleno en las poblaciones más vulnerables.
Por lo tanto, la investigación recomienda que Colombia:
Aumente la inversión en tecnologías con bajas emisiones de carbono, para evitar impactos macroeconómicos y financieros;
Adopte medidas proactivas para diversificar la economía y en particular las exportaciones, incluidos sectores no extractivos como la agricultura y el turismo; y
Acelere su descarbonización, especialmente en el transporte y la industria, con el fin de mitigar el riesgo externo.
Mark Campanale, founder of Carbon Tracker Initiative, declaró: “La ciencia es clara: el fin de la era fósil es inevitable para la seguridad climática. Pero además, da cuenta de que acabar con la producción de petróleo, carbón y gas es imprescindible también para la estabilidad económica. Este informe muestra que una transición lenta sería en realidad la opción más arriesgada para Colombia, puesto que la demanda mundial de combustibles fósiles bajará. Al decidir detener la entrega de nuevos contratos de exploración de petróleo y gas, el gobierno de Gustavo Petro está previniendo los riesgos asociados a la transición hacia una economía baja en carbono con el fin de proteger a Colombia y a los colombianos de la inestabilidad financiera.”
La inevitabilidad y los riesgos del fin de la era de los fósiles cuenta con cada vez mayor consenso internacional. A la par de los informes de la Agencia Internacional de la Energía en este tema, un documento reciente del Ente Regulador de la Energía de Canadá muestra una tendencia similar: en escenarios de cero emisiones netas, los mercados mundiales de exportación de petróleo y gas sufrirán un fuerte descenso a medida que los países adopten una transición energética más rápida y políticas climáticas más estrictas. El informe reconoce que la transición internacional hacia el cero real ha comenzado y que, como consecuencia, la demanda mundial de combustibles fósiles canadienses disminuirá, al igual que la de Colombia. Por lo tanto, la pregunta a escala mundial es "cómo" gestionamos esa inevitable transición.
En la misma línea, el informe de WTW subraya que si Colombia tiene en cuenta los riesgos externos inherente a la transición energética mundial y pone en marcha un plan conjunto entre el gobierno, el sector privado, el mundo académico y la sociedad civil, el país tiene el potencial para evitar una dislocación económica.
Alex Rafalowicz, Director de la iniciativa para un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, dijo: “El Gobierno colombiano está haciendo su parte a través de su Hoja de Ruta, pero la industria tendrá que hacer la suya desinvirtiendo en petróleo, gas y carbón para dar paso a energías bajas en carbono. La cooperación internacional también tendrá un papel clave para los países que dependen económicamente de la industria de los combustibles fósiles como Colombia. El informe recuerda un hecho clave: el coste de que el mundo supere el límite de 1,5 grados sería mucho más devastador para la humanidad que los riesgos asociados a la transición.”
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Contactos para medios:
Viviana Varin
Senior Communication Campaigner, Fossil Fuel Non-Proliferation Treaty
viviana@fossilfueltreaty.org
Andrés Gómez
Energy and Climate Justice professional, Censat Agua Viva
+57 319 4067968